Prueba de manejo: Citroën C4 Cactus
Nos subimos al modelo más atrevido del momento. Diseño, interior y hasta su motor, proponen una revolución que rompe con lo conocido hasta aquí.
Si tendríamos que caratular al modelo más excéntrico que en estos momentos está a la venta en nuestro mercado, ese sin dudas es el Citroën C4 Cactus. Esto, implica que tiene fervorosos interesados, a quienes su particular diseño con una paleta de colores no menos exótica, los atrapó. Mientras que por otro lado están aquellos conductores más clásicos a quienes este particular exponente del segmento B (chico) no les cierra desde lo estético.
Por su formato y dimensiones (mide 4,16 metros de largo,1.72 de ancho, tiene un despeje del suelo de 18cm y su distancia entre ejes es de 2,59 metros), entra a rivalizar con los denominados Crossovers, como el Peugeot 2008 y Honda HR-V, principalmente.
Está concebido sobre la misma plataforma del C-Elysée, pero no tiene un ápice de parecido ni este sedán chico. Le encontramos parentesco con el C4 Grand Picasso, en la disposición de las luces delanteras:
Las superiores no son las principales, sino unos leds de iluminación diurna, mientras que las ópticas principales (luz de posición y baja), están debajo.
Su trompa es diferente a toda la familia francesa, con un frontal que no tiene parrilla, solo el logo de la marca, en una trompa muy limpia donde sobresale un bajo parrilla color mate que rodea las luces auxiliares.
De hecho, esa misma solución -plástico oscuro color mate- se repite en los pasa ruedas y ello, sumado a su buen despeje del suelo, hace que lo emparenten con los “pseudo” (solo con tracción en las ruedas delanteraa) off road.
Acompañan a ese espíritu aventurero sus llantas de 17” y las barras en el techo.
Lo que no tiene antecedente y forma parte de su particular diseño, son los denominados airbumps laterales, una suerte de plantillas plásticas ubicadas en las dos puertas de ambos lados, que se conforman de ampollas rellenas con aire.
¿Su función? Proteger las puertas de los toques. También en la parte de atrás utiliza el mismo material para protección debajo de los faros y en el centro del portón del baúl.
La excentricidad sigue puertas adentro. Lo más llamativo y controvertido aquí, es su tablero: además de ser 100% digital, no ofrece cuenta vueltas, apenas un velocímetro al centro.
Es totalmente despojado, dejando protagonismo absoluto al tablero y la pantalla digital que sobresalen del resto.
Además, cabe destacar que no sólo el tablero, sino que todas las demás funciones (incluyendo los comandos de la climatización, el audio y el navegador satelital) se manejan de manera digital (no hay botones ni perillas) desde una pantalla táctil de 7’’ ubicada en la consola central.
También se puede acceder desde esta pantalla a la cámara de retroceso, la cual tiene una excelente nitidez.
Festejamos su gran habitabilidad y buen espacio para los que viajan atrás: hay espacio para 3 menores o 2 adultos. ¿Qué es lo más controvertido? Las ventanillas de atrás no se bajan, sino que son pivotantes.
Sin embargo, cabe destacar que la calidad general de sus materiales está más que bien, aunque tiene faltantes, como por ejemplo la regulación en profundidad de su volante. En la guantera se pueden ver terminaciones originales, con un acabado poco usual decorado con pequeños botones y un look que parece presillas de algún producto de marroquinería.
Siguiendo con los detalles del interior, la capacidad de su baúl (358 litros) es acorde a las necesidades de una familia tipo, mientras que el confort termina de completarse con las butacas, que son realmente cómodas. Literalmente son cómodas como sillones, de hecho se inspiraron en estos.
¿Cómo va?
Lo que no tiene discusión en este nuevo Citroën, y lo que tendría que ser utilizado como el gran fundamento de venta de los asesores de las concesionarias oficiales, es su eficiente motor naftero de tres cilindros de 12 válvulas que cuenta con inyección directa y turbo que se combina con una única caja automática de 6 marchas.
Se trata de un naftero de 1.200cc de 110 caballos, que además de mostrarse bien despierto en bajas vueltas (entrega su torque máximo a tan sólo 1.500 vueltas), es un aliado a la hora de ahorrar: Unos miserables 4.5 litros en ruta cada 100 kilómetros y 6.5 litros para la misma distancia, pero en ciudad. No hay opción de caja manual, sólo está disponible con una caja automática de 6 velocidades.
La posición de manejo es de lo mejor. Es un auto en el que se pueden hacer cientos de kilómetros sin fatigarse. Pese a que su volante no se regula en profundidad, uno encuentra la postura correcta siempre.
Las llantas de 17”, el sistema de suspensión blando y su despeje, permiten circular por calles castigadas sin tener la precaución que por lo general requiere un citadino convencional.
En ruta, el auto se siente bien aplomado hasta que aparece una gran ventolera o cuando uno decide no levantar el pie derecho al entrar a una curva muy cerrada. Pero son oscilaciones esperadas y que no atentan contra la dirección del auto. También en la ciudad es práctico y adaptable para el uso cotidiano.

La prueba del “changuito” superada. Los Airbump, están pensados para proteger la puerta de los toques que pueden recibir en estacionamientos y en los supermercados. Aquí podes ver que la planchuela cumple una función.
Título de caja
Motor: Naftero, 3 cilindros
Cilindrada: 1.199 cm3
Potencia:110 CV a 5.500 rpm Torque: 205 Nm a 1.500 rpm
Tracción: Delantera
Transmisión: Automática, 6 marchas
Velocidad máxima: 188 km/h
Consumo urbano: 6,5 L/100 km
Consumo en ruta: 4,3 L/100 km
Precio: $450.000
Potencia:110 CV a 5.500 rpm Torque: 205 Nm a 1.500 rpm
Tracción: Delantera
Transmisión: Automática, 6 marchas
Velocidad máxima: 188 km/h
Consumo urbano: 6,5 L/100 km
Consumo en ruta: 4,3 L/100 km
Precio: $450.000


En 2017, Citroën redobló la apuesta con un gran objetivo: crecer más de 30 por ciento en ventas. Para lograrlo, apostaron fuertemente a los productos, con lanzamientos que aseguren su presencia en todos los segmentos (
Estos modelos fueron lanzados al mercado en 2014, pero debido al impuesto interno tuvieron que ser rápidamente discontinuados. En 2016, con la rebaja del tributo (pasó del 30% al 10%), volvieron a los concesionarios con un precio que siguió impactado por el tributo pero con menor porcentaje, al tiempo que sumaron nuevas versiones que quedaron exentas del pago. (
En el caso del C4 Picasso es un monovolumen familiar para cinco pasajeros. Mide 4.43 metros de largo, 1,82 metros de ancho y 1.82 metros de alto. La distancia entre ejes es de 2,78 metros.
El Grand C4 Picasso es la propuesta para siete pasajeros. Tiene de largo 4,60 metros, con un ancho de 1,82 metros y un alto de 1,64 metros. La distancia entre ejes es de 2,84 metros.
Los modelos de segunda generación tuvieron un gran cambio en su imagen. Diseñados sobre una plataforma moderna como la EMP2, se modernizaron y adquirieron líneas más redondeadas, convirtiendo a los vehículos en dos propuestas familiares pero con una estética más deportiva.
El exterior se caracteriza por una parrilla central donde sobresale el logo de la marca, con los dos chevrones que parecen extenderse hacia los laterales para finalizar en los led. Tienen un parabrisas bien panorámico, amplio y con una gran visual, mientras que en las versiones más equipadas también ofrecen un techo panorámico que garantiza la máxima iluminación.
Los laterales también son más atractivos gracias a un mayor dinamismo que otorgan sus líneas rasgadas en el inferior de las puertas, las cuales rompen con el gran tamaño del auto y lo hacen más atractivo. Tienen llantas de 17 pulgadas que contribuyen al estilo.









