Prueba de manejo: Citroen C-elysée

Llevamos a Córdoba al nuevo sedán de Citroën, donde durante más de una semana fue nuestro medio de movilidad por la ciudad, las sierras e incluso por caminos de ripio. Te contamos nuestra experiencia.

“Mira, es el auto de Pechito”, este fue el comentario que se reiteró en varias oportunidades a nuestro paso. Y es que el popular piloto cordobés, José María López, se encargó de llevar a lo más alto de la categoría del WTCC (se adjudicó tres veces el campeonato) justamente al Citroën C-elysée, y más de un cordobés seguramente lo tiene en algún poster en su habitación.

Con una expresión típica de Citroën sobre todo en su frontal, este sedán del segmento B, es atractivo. Su parrilla cromada que en realidad se une y contornea el logo de la marca – el doble chevrón -e incluso sus ópticas, hacen que si uno lo mira rápidamente lo confunda con el Citroën C4 Lounge. Pero, si se lo mira con más detenimiento, sobre todo de atrás, uno se da cuenta rápidamente que no lo es.  Las diferencias estéticas saltan a la vista, con un portón mucho más limpio y corto, con unas ópticas pequeñas y atractivas.

De costado, lo atraviese una línea que recorre todas sus puertas y que finaliza cuando nace el acrílico de las ópticas traseras. Esto, junto a sus llantas de 16” con varios rayos, le da un toque deportivo que rompe el clasicismo de los sedanes del segmento.

Incluso, luce mucho más armónico y compacto que su hermano el C4 Lounge que mide 191 mm más de largo, 39mm más de largo, y 35mm más de alto. Pero, que si se lo compara con sus rivales más cercanos (Toyota Etios sedán, Honda City, Ford Fiesta KD, Volkswagen Polo, entre los principales), este Citroën que se fabrica en España, es mucho más importante de tamaño y ello, es un plus.

En cuanto al interior, la primera impresión apenas nos subimos, es que esperábamos más, quizás algo más emparentado a lo que ofrece el C4 Lounge o en todo caso al Citroën C3. Pero lo cierto es que el C-elysée, es el más sencillo de todos puertas adentro. Nos sorprendió la sencillez, por ejemplo, de su tablero con dos cuadrantes para velocímetro y cuenta vueltas.

Al medio de ellos, un pequeño display de tono naranja para los kilómetros parciales y totales y una línea cronológica donde se puede ver el nivel de tanque de nafta es todo lo que se encuentra.

Corrimos la vista a su consola central, y en lugar de las hoy ya casi obligatorias pantallas táctiles, encontramos una “pantallita” naranja desde donde se puede ver información como, la autonomía del auto, las estaciones de la radio, la cual también se puede comandar por los comandos satélitales que están detrás del volante. Pese a su sencillez, cuenta con Bluetooth, puerto USB, entrada auxiliar y cuando se coloca la marcha atrás se dibuja la silueta del auto que indica la proximidad del objeto que se ubica atrás.

Como dato decorativo y diferente que tiene connotación con varios modelos de la marca, destacamos apliques en plástico brilloso sobre parte de la consola central. Un detalle incómodo es la ubicación de las perillas de los vidrios eléctricos que no están en la puerta sino al lado de la palanca de cambios.

Donde no hay nada para objetar a este sedán es su espacio. En las plazas traseras el espacio es de los mejores del segmento. Con tres apoyacabezas y tres cinturones inerciales, es también uno de los más seguros de la categoría. Vale entonces decir que es uno de los pocos sedanes del segmento B que cuenta con ESP, cuatro airbags (dos frontales y dos laterales, pero no trae de cortina) y anclajes Isofix.

Merece mención especial el generoso baúl de 506 litros de este Citroën. Pensamos que quien está buscando un auto familiar y abra el baúl de este modelo, difícilmente pueda correr la vista hacia otro. Cuenta con un auxilio de una medida más chica (15”)  que las ruedas titulares que permite circular a no más de 80 km/h.

¿Cómo va? Fueron varios los días que convivimos con el C-elysée VTi 115 Feel, la única versión que se comercializa en el país, y podemos decir que a medida que pasaron los días, la experiencia fue mejorando. Nos fuimos adaptando a su posición de manejo, al tacto de su volante, a la respuesta de su motor 1.6 litros y 16 válvulas, con distribución variable de 115 CV y a su caja de manual de cinco velocidades. Es un auto que resulta ideal para la diaria, que por su tamaño compacto, es fácil de meter en todos lados y que si de cargar cosas se trata, su baúl es por demás permisivo.

Lo probamos en ruta y si bien no es el auto de “Pechito”, responde de manera correcta. Si le hubiese favorecido una caja manual de 6 para que su motor viaje más relajado cuando se circula cerca de los 130 km/h y un poco más callado, ya que se lo escucha bastante cuando el cuenta vueltas va por las 4.000 vueltas. Pero no es nada grave.

Lo metimos por zonas de ripio y hay que destacar que no se filtró ni una gota de polvo en su interior, lo cual habla muy bien de sus burletes. También es para resaltar su suspensión, que absorbió las irregularidades y transmitió poco y nada adentro.

En definitiva, por su tamaño,seguridad, confort, espacio interior y su capacidad de baúl, nos pareció una variante más que valida para una familia. Y que por su diseño atractivo, también puede seducir a quien este incursionando en el mundo de las cuatro ruedas.

Título de caja
  Motor: VTi 1.6 Potencia: 115 cv Ancho: 4.44 m Alto: 1.50 m Largo: 4.42 m Distancia entre ejes: 2.65 Seguridad: ABS, ESP, Airbag frontal, acompañante y lateral delantero Precio: $315.000

Motriz (C) 2013