En el día de ayer, en la peligrosa montaña de Colorado (Estados Unidos) que tiene más de 150 curvas, un súper deportivo 100% eléctrico de 680 CV rompió el récord que tenía Sebastian Loeb

En la
era donde
los motores eléctricos están en boca de todos porque definitivamente pasarán a formar parte de nuestras vidas, todo lo que sucede en torno a ellos
es noticias. Y en este domingo que pasó,
Volkswagen será recordado como la
marca que batió el récord de
velocidad del clásico ascenso a la montaña de
Pikes Peak, en Colorado, Estrados Unidos; con un
modelo eléctrico.

Antes de arrancar el camino hacia la gran hazaña
Hablemos del evento. En la jerga se lo conoce como
“La subida a la montaña rusa” o “
La carrera hacia las nubes”. El lugar es en
Colorado, (Estados Unidos), y se
corre desde 1916. Participan todo tipo de autos,
divididos en categorías, incluso
motos. El ascenso en total son casi unos
20 kilómetros, entre los cuales hay unas
156 curvas. La
llegada se ubica a
4.300 metros de altura y hoy el camino está totalmente pavimentado, antes la superficie era de tierra. El
mayor riesgo, que de hecho sucedió, es que
ninguna curva tiene resguardo, de modo que entrar “pasado” en una de las tantas vueltas implica rodar 1.400 metros para abajo.
Hablemos del auto. Como adelantamos se trata de un
modelo 100% eléctrico, con
dos motores (uno en sus ruedas delanteras y otro en las traseras), de modo que además de la novedad de la electricidad es un modelo con
tracción en los dos ejes. Su
aspecto salvaje no hace pensar que se trata de un auto eléctrico, pues si lo es. Sin embargo, su
motor es una
verdadera bestia de 500 kW, lo que equivale a unos impresionante
680CV.
Lo increíble es que, como todo motor eléctrico, la
entrega de potencia es instantánea y es por ello que en este caso, esa descomunal potencia, llega apenas en los 650 Nm de torque. Es por ello que, puede alcanzar los
100 km/h en solo 2.2 segundos. Su
velocidad final es de 250 km/h, una cifra que no es significativa, pues en esta competencia no es justamente el sitio donde los coches pueden llegar a desarrollar ese tipo de velocidades.
Una de las
clave de este coche es la
recuperación de energía- al frenar, los motores eléctricos, que en este caso funcionan como
generadores, convierten parte de la energía de frenado en electricidad y la introducen en la batería.
Hablemos del récord. En el año
2013, un viejo conocido para los argentinos,
Sebastian Loeb, lograría ascender en un tiempo de
8 minutos y 13 segundos. Lo hizo a bordo de un
Peugeot 208 T16 y desde entonces nadie había podido arremeterle tal odisea. Pero eso fue
hasta ayer, donde otro piloto francés (
Romain Dumas), se calzó el casco y salió a bordo del
silencioso I.D R Pikes Peak, con el cual logró un tiempo de
7:57.148. Una reducción de tiempo notable, con la que Dumas, logra su cuarta victoria (ya lo hizo en 2014, 2016 y 2017) pero jamás tan rápido como lo hizo este año.