Ford Ka: Prueba de manejo
Es el más chico de la marca, que ahora vuelve con nuevo diseño y plataforma. Con mayores dimensiones, quiere enfrentar al concurrido segmento B. Lo probamos por unos días y te contamos cómo es la nueva propuesta.
Chico por fuera, grande por dentro. Así fue la estrategia que impulsó Ford desde que nació el Ka, allá por 1997. Publicidades con decenas de amigos subiendo al auto, demostrando “lo grande que es su corazón”, trascendieron al modelo y se convirtieron casi en un mito hecho realidad. Hoy el Ka realmente es más grande. Cambió su plataforma, creció en dimensiones, y la propuesta de la marca es enfrentarlo a los rivales del segmento B. Se trata de la categoría más competitiva del mercado, donde Ford ya tiene el Fiesta, pero ahora lo dejará en un escalón más arriba y buscará un lugar entre los populares con el “benjamín”. En Motriz pusimos a prueba la versión más equipada, llamada SEL, y te contamos todas las novedades. Diseño, totalmente nuevo El Ka siempre fue un auto rupturista. Desde sus primeras generaciones, con forma redondeada, llamó la atención. Tuvo siempre “opinólogos” a quienes “le gustaba o no”. No había medias tintas en quienes elegían ese auto. Otro elemento muy característico de este modelo fue que siempre atrajo mucho a las mujeres, especialmente por su estética, pero también por lo maniobrable del modelo. La versión actual cambió radicalmente. Por un lado, incorporó las líneas de diseño del Kinetic Design, un estilo muy característico de la marca que se visualiza especialmente en el frontal, con un grupo óptico grande, una parrilla generosa y los típicos nervios del capot. Si bien con este diseño perdió esa exclusividad que lo diferenciaba, ganó lo más puro del ADN de Ford. También creemos que ganó más estatus, es decir, le permite posicionarse un escalón más arriba. Por otro lado, aumentó las dimensiones. Ahora tiene 3,88 metros de largo (5 cm más que antes), 1,91 metros de ancho y 1,52 de alto (10 cm más). Pero el cambio más influyente son sus 2,49 metros de distancia entre ejes (4 cm más), ya que es lo que justamente repercute puertas adentro y es el motivo de porqué su espacio se ha incrementado.
El otro gran cambio es que abandonó la carrocería de 3 puertas para pasar a una de 5 puertas, siempre con la silueta hatchback.
Por dentro
El diseño interior remite directamente al Fiesta. Es prácticamente igual. Tiene un pequeño tablero analógico, que posee un velocímetro y un cuentavueltas que se completa con un pequeño display con la información de la computadora de abordo.
Su posición de manejo es muy buena, pese a que su volante no tiene regulación en profundidad. Eso se compensa con la gran maniobrabilidad que ofrece su butaca: de hecho, sorprende lo mucho que baja. Atrás es muy cómodo y e el baúl tiene capacidad para 257 litros.
En agregados tecnológicos cuenta con sistema de conectividad SYNC, que permite dictar órdenes de voz para operar distintas funciones del audio o la telefonía. Agrega reproductor de CD-MP3, puerto USB, entrada Auxiliar, controles de audio en el volante y cuatro parlantes.
No ofrece ni espejos eléctricos ni sensores de estacionamiento, elementos que tienen otro rivales (Volkswagen Gol y Nissan March, que también incorpora cámara de retroceso).
Motor y seguridad
La única motorización disponible es el naftero 1.5 litros de 4 cilindros y 16 válvulas de 105 CV. Se ofrece con caja manual de cinco velocidades. El motor se destaca por ser muy silencioso. Además, la potencia le da un vigor muy interesante, lo que lo hace progresivo a la hora de acelerar, aunque no es de los más enérgicos en bajas vueltas.
También logra un consumo sostenido: unos 9.0 litros en ciudad y unos 6.5 en ruta, llevándolo a unos 110 km/h. Tiene una sola opción de caja, manual de 5 velocidades, que nos sedujo por la precisión al momento de pasar las marchas.
En seguridad, el tope de gama se destaca por tener ESP. Además tiene doble airbag frontal, frenos ABS con distribución electrónica de frenado y anclajes Isofix/Top-Tether para sillas infantiles. Agrega: asistencia al frenado de emergencia, asistencia al arranque en pendiente, control de tracción y control de estabilidad.
Dinámica
Nos subimos al Ka durante un fin de semana con diferentes objetivos. Por un lado, recorrimos algunos kilómetros en ruta. Pero especialmente lo medimos en ciudad, donde creemos que el futuro dueño del Ka, piensa usarlo con mayor frecuencia.
Como sucedió con la anterior generación, lo primero que se percibe es que se trata de un auto cómodo, maniobrable. Aunque creció en dimensiones no perdió la agilidad. Y resulta práctico para transitar por donde uno quiera, algo que no es menor en ciudades cada vez más congestionadas.
La dirección es liviana y el buen despeje ayuda al andar confortable en calles que no tienen el mejor estado. Pero también en curvas o ante los cambios de carriles es firme y da la sensación de seguridad que muchas veces falta en autos chicos, incluso a una mayor velocidad en autopista.
Cabe destacar que la dirección eléctrica tiene un nivel de asistencia inmejorable, que permite estacionarlo fácilmente. Sus suspensiones blandas y sus neumáticos de perfil alto le dan un andar impecable.
En ruta, siguen las buenas impresiones. El Ka no transmite inseguridad y da la sensación de ser un auto más grande, por el aplomo que presenta.
Esta edición cuenta con Control de estabilidad, lo que influye al girar exigido y ayuda a que nunca pierda la dirección. Agrega doble airbag frontal y ABS en todas las versiones, además de ganchos Isofix en los asientos traseros.
Conclusión
Situarlo frente a sus competidores es clave con este auto teniendo en cuenta la decisión de Ford de posicionarlo como un nuevo rival de los chicos más populares. De esta manera, el Ka arriesga mucho más en esta nueva etapa, porque del limitado segmento de los pequeños o city car (que nunca fue exitoso en la Argentina), pasa ahora a enfrentar a los autos del segmento B.
En esta categoría encontramos desde el Volkswagen Gol y Up!, hasta un Toyota Etios, los Renault Sandero y Clio Mio, o los Chevrolet Agile y Onix. Un gran mix de adversarios donde tendrá que buscar su propio espacio.
Para ganar mercado tiene una ventaja: la calidad. Por donde se lo mire, las terminaciones del nuevo Ka son superiores a sus rivales, y ahí es donde podrá diferenciarse. Tanto en los paneles del interior como en tecnología y acabado externo (por ejemplo los espejos pintados color carrocería en todas las versiones) agregan un plus. Por dentro, la calidad se percibe en el tablero y los paneles de las puertas.
Con estas características, el modelo está listo para salir a ganar mercado.
Precios:
- Ka S: $210.400
- Ka SE: $236.300
- Ka SEL: $258.300