Descansar menos de la cuenta. El sueño puede vencernos en cualquier momento, con consecuencias irreparables. Y es importante tomar conciencia tiempo. Aquí, algunos consejos básicos del nuevo programa de Iveco.
Aunque parece que el cansancio nunca nos vencerá y que antes de pestañar nos daremos cuenta, es muy difícil determinar con exactitud cuándo se pasa esa barrera que nos deja con los ojos cerrados.
Así, el sueño puede ganarnos después de muchas horas al volante, ya sea en un viaje de placer o por trabajo. Y en rutas cada vez más congestionadas, con la imprudencia e irresponsabilidad que persiste en algunos conductores, las posibilidades de chocar se incrementan.
Las entidades especializadas en seguridad vial recomiendan iniciar un viaje después de haber dormido el tiempo necesario, no menos de ocho horas; parar cuando ya “se nubla la vista”; y evitar aquellos horarios donde ya sabemos que no estamos con “todas las luces”.
Sin embargo a la hora de iniciar un recorrido todos queremos llegar a destino, y es común seguir más de la cuenta.
En este contexto Iveco lanzó una iniciativa que apunta, en principio, a los conductores de vehículos especiales, pero que rescata varios temas importantes para tener en cuenta.
Tecnología que ayuda
El programa “Iveco Check Stop” busca concienciar sobre un problema que está presente en uno de cada cinco accidentes de tráfico. Descansar menos horas de lo recomendado aumenta un 80% el riesgo de sufrir un accidente.
La iniciativa pone en foco la importancia de un adecuado descanso de los conductores, acercándose a los profesionales de la conducción con un vehículo especial, preparado para llevar a cabo controles que detecten posibles síntomas de trastorno del sueño. La experiencia ha arrancado en áreas de servicio de Italia, en colaboración con la Universidad de Génova.
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Iveco Check Stop’ tiene en cuenta los factores humanos que puedan aumentar el riesgo de accidente, como la conducción con sueño, y también aquellos relacionados con la interacción entre el conductor, el vehículo y las infraestructuras.
Según un estudio reciente, la somnolencia diurna al volante es la causa del 22% de los accidentes de tráfico y uno de los principales responsables de muertes en la rutas. Para su bienestar psicofísico, el organismo necesita dormir aproximadamente siete horas de media cada día. Descansar menos horas y un ritmo de vida o de trabajo inadecuado aumenta un 80% el riesgo de sufrir un accidente de tráfico a causa de la somnolencia.
La apnea del sueño es la patología más frecuente. Por eso es fundamental controlar los posibles síntomas. A estas causas se le añaden el consumo de alcohol y estupefacientes o fármacos que tienen una acción sedante, como algunos antiestamínicos, antiinflamatorios, ansiolíticos o antidepresivos que incitan al sueño.
Cada año 1,3 millones de personas son víctimas de accidentes de tráfico en todo el mundo y casi 50 millones resultan heridas. La Organización Mundial de la Salud prevé que, si no se interviene para resolver este problema, en el año 2030 los accidentes de tráfico serán la quinta causa de muerte en el planeta, con una previsión de más de 2 millones de fallecidos cada año.
La iniciativa de Iveco para los conductores se completa con el control de los vehículos. En el exterior de la clínica móvil está instalada una zona técnica donde se realiza un diagnóstico de los sistemas de iluminación frontal y trasera del vehículo, con sustitución gratuita de aquellos que no funcionen correctamente. Además, se comprueba también la profundidad del dibujo de los neumáticos y el testigo del nivel de desgaste, otra de las causas de accidentes en rutas.
Para tener en cuenta
Algunos aspectos consensuados entre los organismos internacionales de seguridad para tener en cuenta y evitar riesgo son los siguientes:
- Tener cuidado con los medicamentos que puedan producir somnolencia. Leer el prospecto de los medicamentos y si nos pueden producir somnolencia, no conducir mientras sigamos el tratamiento.
- Lo mismo se aplica a otras sustancias que deprimen el sistema nervioso, como ciertas drogas, o el alcohol. La agudeza visual se ve afectada con una “copita”, al igual que la capacidad de atención.
- Hay que evitar las comidas pesadas y grasas. Para conducir después de comer mejor optar por una comida más ligera y frugal.
- Evitar ciertas horas. Cada persona tiene su propio reloj biológico diario. Así que cada cual siente sueño “a su hora”, lo más habitual es que sea a media tarde y por la noche. Siguiendo la rutina diaria el cuerpo empieza a adormercerse. El día que rompemos la rutina, por ejemplo si conducimos de noche cuando normalmente estaríamos ya en la cama, lo más probable es que nuestro cuerpo no la rompa, y si insistimos en conducir, por inercia, el cuerpo tenderá a dormirse cuando tiene costumbre.
- Debemos ventilar bien el interior del coche, en un habitáculo poco ventilado disminuye la cantidad de oxígeno y aumenta la cantidad de dióxido de carbono, fruto de la respiración, y eso hará que nos adormezcamos.
- Tenemos que descansar cada cierto tiempo. Todo conductor se cansa al conducir, aunque vayamos sentados y no nos lo parezca. Deberíamos parar cada dos horas o 200 km: detener el coche, bajarnos, estirar las piernas, dar un pequeño paseo y beber algo. Así se rompe la rutina y monotonía que supone conducir por algunas rutas, entre otras cosas. Se ha comprobado que la capacidad de reacción de un conductor disminuye casi a la mitad después de conducir más de cuatro horas seguidas.
- Hay que beber con frecuencia. Podemos llevar una botella y vamos bebiendo de vez en cuando, aunque no paremos. Nos mantendrá hidratados.
- Cuando nos está entrando sueño, lo mejor es no insistir ni arriesgarse a seguir conduciendo, sino detenernos en una zona segura y con vigilancia, y echar una pequeña siesta. Dormir 20 o 30 minutos nos ayudará mucho más que tomarnos un café, por cargado que esté.