Al arrancar, el SUV se mueve de forma eléctrica, y a medida que aumenta la marcha y necesita potencia se enciende el motor a nafta. En el caso de la versión 4×4, que tiene un tercer motor eléctrico, activa el eje trasero para mayor tracción.
Su motor es el 2.5 litros con una potencia total de 218 CV en la opción 4×2 y de 222 CV en la 4×4. Su autonomía es de unos 1.000 km.
Un dato a tener en cuenta es que la RAV4 no se enchufa, sino que su batería se recarga gracias a la energía cinética generada de las ruedas y la acción de los frenos, así como también del propio motor de combustión. Lo único se hace con este tipo de vehículos es cargarle combustible como cualquiera tradicional.