Prueba de manejo: ¿Empuja el VW Virtus GTS?

Estuvimos probando la variante más potente del sedán chico de Volkswagen. Cuenta con tratamiento deportivo que acompaña al motor 1.4 TSi de 150 CV, ideal para los que buscan un plus de potencia/diversión. 

Desde hace un tiempo, hay un esfuerzo por parte de algunas terminales de sumar versiones que se emparenten con el mundo de la velocidad. En algunos casos ofrecen versiones con soluciones meramente estéticas, como es el caso del Chevrolet Onix RS. Pero hay otras marcas que buscan una versión, que además de una estética deportiva presenten otro tipo de soluciones (suspensiones más duras, dirección más directa, generosos discos de freno, carrocerías más “planchadas”, neumáticos de menor perfil, entre los principales), con motores que aceleran en serio, como sucede con el Renault Sandero RS.

En el caso de la variante GTS del Virtus, el sedán mediano de Volkswagen, el mismo se encuentra a mitad de camino entre ambos modelos antes mencionado. Lo estuvimos probando por diferentes escenarios y te contamos por donde pasa lo más novedoso de esta versión más “racing”

Quiere pasar desapercibido 

La naturaleza alemana de Volkswagen se traduce en modelos de estilos sobrios y conservadores y en este caso el Virtus GTS no es la excepción. La estrategia de diferenciar a esta versión de su par convencional, no recayó en stickers ni ningún recurso estético raro que llame mucho la atención.  

Cuenta con detalles sutiles que definitivamente no espantarán a quien busca un modelo con aspiraciones un poco más deportivas, pero que en el fondo elige al Virtus por su concepción de auto familiar. De este modo toma de los modelos GTi el listón rojo en la parrilla que se extiende en las ópticas, las cuales se caracterizan por tener el fondo negro y ofrecer luces leds.  

El tramado de la parrilla es tipo panal y al igual que en los GTi, cuenta con las siglas de la versión, en este caso GTS, sobre la parrilla, en los laterales y en el portón trasero.  Lo que si llama mucho la atención, son enormes  llantas 18” con un diseño muy deportivo.  

No acompaña a la vista lateral la elevada altura de la carrocería. Es decir, mantiene el mismo despeje que en las versiones convencionales. De atrás, asoma un sutil alerón sobre el baúl, pero brilla por su ausencia la usual doble salida de escape, un sello distintivo de cualquier deportivo. 

El interior: los guiños a lo deportivo 

La sobriedad se transmite en su interior, de hecho todo el habitáculo (paneles y techo) es de tono oscuro. Solo se buscó contrastar con detalles en rojos, pero muy sutiles que aparecen en las costuras del volante forrado en cuero, el pomo de la palanca de cambio, las salidas de ventilación, es decir hacen juego con el filete rojo de la parrilla.  

El mayor signo de que uno está a bordo de un modelo más deportivo son sus butacas con el apoya cabezas integrado y con una sujeción lateral muy bien lograda. 

El tablero del GTS es totalmente digital, el cual al igual de los otros Virtus y Polo se puede ir seteando. En el medio, cuenta con un ordenador de a bordo muy completo con muchos datos que va arrojando el trayecto que uno transita. La pantalla central es grande y está conformada por uno de los mejores sistemas multimedia del mercado. Por ejemplo, ofrece un monitor de consumo para evitar el consumo de nafta e incluso le hace un giño a la deportividad, ofreciendo indicadores de la presión del turbo, la entrega de potencia y hasta cuenta con un cronómetro.  

¿Acompaña el motor y caja? 

Debajo del capot de esta versión se encuentra uno de los mejores motores de la marca: el naftero 1.4 litros turbo de 150 CV TSi, el mismo que equipa el Vento y la Tiguan. Lo interesante de este propulsor es que además de tener 150 CV, entrega un impresionante torque de 250 Nm cuando apenas el cuenta vuelta se posa en 1.500 vueltas y lo mantiene hasta las 3.500 revoluciones. Por eso siempre se muestra vigoroso. El dato es que VW decidió no asociarlo a la conocida y excelente caja DSG de doble embrague de 7 marchas, sino a una automática convencional con convertidor de par de 6 marchas de la firma china Aisin. Una caja que de deportiva no tiene nada. 

Desempeño en ciudad 

Subestimamos a sus exuberantes neumáticos de 18” de perfil bajo y pensamos que transitar por las castigadas calles de Córdoba iba a ser un calvario. Pero lo cierto es que es el confort de marcha es excelente: no se sienten ni escuchan golpes bruscos. El gran responsable de ello es la puesta a marcha de su sistema de suspensiones bien firmes. Lo tuvimos siete días de los cuales la mayoría lo usamos por ciudad y algunos tramos de ruta y este Virtus no ha dejado de ser una gran opción para la diaria, sobre todo por lo poco que consume. A 100 km/h (en modo Eco) solo gasta 5.7 litros y aquí tiene mucho que ver la caja automática, pues el motor viaja relajado en apenas 1.800 vueltas. Si nos posamos en el límite de velocidad de autopista (130 Km/h) el consumo sigue siendo muy bueno: 7.4 litros. En tanto que, en ciudad el gasto es de 8.8 litros para la misma distancia. Un rendimiento excepcional. 

Por ruta y algo más 

¿Empuja o no empuja esta versión GTS? El motor 1.4 TSi -insistimos- es uno de los mejores del mercado, de modo que pensamos que nada puede salir con este vigoroso motor. Y en la práctica sucede que siempre se cuenta con reacción en todos los regímenes. Sin embargo, hay que decir que su caja no lo acompaña como debería. No se trata de una transmisión que justamente se caracteriza por tener los pases de marcha rápida. A ello, se suma el hecho de que el escalonamiento de las velocidades es muy largo, lo que le hace perder aceleración. No es una caja mala para el uso diario, pero en esta versión con pretensiones deportiva no tiene mucho que ofrecer. 

No queremos olvidarnos de mencionar sus diferentes modos de manejo (Eco, Manual y Sport), con los cuales se va modificando la dureza de la dirección, la acción de la caja y hasta sonido del motor. En realidad, lo del sonido es todo un “engaña pichanga”, ya que el rugido más grueso cuando uno maneja en modo Sport, no proviene del motor, sino de los parlantes. Es decir, sirve para engolosinar a los de adentro. 

Conclusión 

El VW Virtus es un familiar por excelencia en donde VW se dio el permitido de ofrecer una variante más emocional. El resultado está muy logrado, pues sin demasiadas estridencias, esta versión se diferencia desde la estética y desde comportamiento con el Virtus convencional. Como punto en contra de este modelo ponemos en primer lugar a su elevado precio ($ 3.639.450). El otro punto en contra es que, con ese valor, viene pobre de equipamiento de seguridad: ofrece solo 4 airbags (frontales y laterales delanteros), ni tampoco ofrece ningún Asistentes a la Conducción.  

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