Ford Kuga Hybrid: ¿Cómo se comporta el SUV que consume igual que un City Car?

 La tracción integral acá cumple un rol de seguridad, pero no permite aventurarse por caminos muy complejos.

El Kuga se sumó a la vertiente de modelos que combinan un motor naftero con otro eléctrico. Se destaca por su bajo consumo y gran autonomía. Viajamos con él y te contamos nuestras sensaciones a bordo. 

El Kuga fue uno de los pioneros de la categoría de los utilitarios deportivos medianos (se presentó en 2009) y siempre se caracterizó por su pimienta. Su propulsor 2.0 Ecoboost con 240 CV lo hizo ocupar por mucho tiempo el peldaño del SUV más potente de su categoría. Sin embargo, Ford no pudo escapar a la creciente tendencia de modelos con motorizaciones amigables con el medio ambiente e hizo caer sobre su SUV más longevo un manto de sosegó. 

Los dos motores pueden trabajar en conjunto o cada uno por separado. Por lo general arranca en eléctrico, pero depende de la exigencia y del nivel de carga de la batería para que se prenda el térmico.

¿El resultado? Una estirpe más civilizada (líneas más suaves, aerodinámicas y elegantes) que no hace más que transmitir el nuevo carácter de su propulsor híbrido. Esta nueva generación la alimenta ahora un naftero de ciclo Atkinson de 2.5 litros de 165 CV, que se combina con otro eléctrico (se regenera cada vez que se utiliza el freno, cuando se desacelera y cuando es impulsado por el motor naftero) de 130 CV.   

 Los neumáticos de 19″ no cuentan con dibujo mixto ni están pensados para el off road, lo que demuestra su concepción rutera.

Cuando ambos propulsores entran en acción pueden desarrollar 203 CV, suficientes para  una conducción ágil e inmediata. La caja es automática de tipo variador continuo (eCVT) y junto al conjunto mecánico tiene el objetivo de priorizar el ahorro del consumo y la menor contaminación ambiental. 

La calma y el sosiego también forman parte de la propuesta de este SUV puertas adentro. Parece más un citadino, con una posición de manejo cómoda y relajada, que puede ser regulada electrónicamente sólo en el asiento del conductor.  

El remate posterior no nos pareció muy logrado: es muy poco rupturista, a diferencia de aquella primera generación aparecida hace poco más de diez años.

En las plazas traseras hay un buen espacio para tres adultos y las butacas tienen desplazamiento longitudinal. Un dato no menor es la gran capacidad (518 litros) de su baúl, atributo digno de un buen coche urbano.  

Este SUV no es de esos modelos en los que prevalece el lujo ni la excentricidad. El planteo es bastante sobrio, con asientos en símil cuero y calidad de plásticos similares a las que ofrece el Ford Focus. Entre lo más revolucionario y rupturista se pueden mencionar a la ruedita Rotary Shifter (desde la cual se comanda la transmisión automática) y el Head Display, sistema que proyecta sobre el parabrisas la información del tablero (el cual, hay que destacar, es totalmente digital). 

El Kuga ofrece de serie, alerta y asistente de cambio involuntario de carril, sensor de ángulo ciego y alerta de colisión frontal.

¿Cómo va? 

El Kuga Hybrid fue nuestro compañero de viaje de Buenos Aires a Córdoba. Es decir, algo más de 700 kilómetros con predominio de autopista, justamente el ámbito donde el renovado SUV se mueve como pez en el agua. Su confort de marcha es excepcional, sumado a su silencioso propulsor, el viaje se convierte en un verdadero placer. A ello, por supuesto, hay que sumarle su escaso consumo.

El consumo gracias a la intervención del motor eléctrica es el principal pilar de este modelo.

Con el velocímetro posado en los 120 km/h el consumo se posó en los 5 litros cada 100 kilómetros y la computadora de abordo arrojaba una autonomía de 963 kilómetros.  

Consumo 

La pantalla más interesante: se puede ver el momento en el que las baterías se recargan, por ejemplo, con la acción del frenado.

Para una velocidad de 130 km/h la demanda de nafta fue de 7,8 l/100 km con una autonomía de 679 kilómetros. Por ciudad, pudimos recorrer 33 kilómetros de 44 que recorrimos, con solo el impulso del motor eléctrico. En ese caso, el consumo nos cayó a 4,1 litros con una autonomía de 1.292 km. ¿Los motivos? La mayoría de trayecto lo realizamos en forma totalmente eléctrica. 

Exento de impuestos 

La otra gran ventaja de este híbrido es que se encuentra exenta de impuesto a las patentes en las ciudades de Buenos Aires, Río Grande, Neuquén y toda la provincia de San Juan. Tributan el 50% de patente en la provincia de Mendoza y el 25% en San Luis. 

El otro beneficio importante es que los modelos amigables con la ecología pagan solo el 2% de arancel aduanero (modelos eléctricos) y el 5% (modelos híbridos), en lugar del 35% habitual, que deben pagar todos los otros autos importados extrazona, el cual incluye a los eléctricos importados por otras automotrices que no pertenecen a Adefa. 

Rodeado de verde, el mejor marco para este SUV amigable con el medio ambiente.

Más allá de ello el Kuga Hybrid no es un modelo accesible. Su precio de lista parte en los $ 4.958.788 y asciende hasta los $ 5.834.028, valor de la versión de esta prueba correspondiente al equipamiento Titanium. Su rival más directo es el Toyota Corolla Cross cuyo valor parte en los $ 3.216.200 y asciende hasta los $ 3.695.600. Valores mucho más racionales. 

Ficha Técnica 

  • Modelo: Ford Kuga Híbrida 
  • Origen: Estados Unidos 
  • Motor: naftero Atkinson 2.5 de 165 CV y un motor eléctrico de 130 CV, que entre ambos entregan 203 CV 
  • Caja: automática de variador continuo (eCVT) 
  • Medidas: largo 4,58 m, ancho 1,88 m, alto 1,67 m 
  • Distancia entre: 2,71 m 
  • Capacidad de baúl: 518 litros 
  • Garantía: cinco años o 150.000 kilómetros en general y de nueve años o 160 mil kilómetros para todo el apartado mecánico híbrido 
  • Precio: Desde $4.283.400 (SE) hasta $ 5.043.615 
Ford Kuga, así es la rueda selectora de cambios.
Gran espacio para las plazas traseras.
Así es el techo del Ford Kuga.

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