Es la primera vez que la marca británica comercializa un modelo homologado con cinco plazas de la versión hatchback. Se ofrece con dos opciones de motor y caja manual o automática. Los detalles

El Mini nació en 1959 y tuvo una primera etapa hasta el 2000. Un año más tarde volvió al ruedo de manos del grupo BMW, y así nació el nuevo Mini. Hoy es el turno de la cuarta generación del hatckback premium, el cual logró consolidarse como uno de los “retro” más llamativos y destacados del mercado. Sus días en la Argentina no son de los mejores, teniendo en cuenta que el impuesto interno afectó enormemente sus precios. Sin embargo, después de un 2014 en stand by, la marca sigue renovando la oferta y sumando versiones, para estar al día con la primicias que se comercializan en todo el mundo. Ahora llegó el turno del nuevo Mini Cooper de cinco puertas, una carrocería que se suma a la ya presente versión del Mini Cooper Hatchback de tres puertas, también de esta nueva generación. Una de las diferencias más importantes es que ofrece cinco plazas homologadas frente a las cuatro tradicionales del Mini, una alternativa que únicamente se podía encontrar en las versiones Clubman y Countryman. Es por eso que el cambio más importante del nuevo modelo se aprecia en las dimensiones. Mide 4 metros de largo (18 cm más que el nuevo de 3 puertas), con 2,57 m entre ejes (+8 cm) y 278 litros, es decir sumó 67 litros, a la capacidad de baúl. En cuanto a la estética, se ha modernizado sin perder la esencia, siendo el diseño de la parrilla uno de los detalles más llamativos, al igual que las líneas laterales que dan forma a un modelo visiblemente más grande. En el interior predominan las formas redondeadas en los relojes del tablero y el resto de los componentes, también fiel al estilo Mini. En cuanto a la motorización, la versión Cooper cuenta con un motor turbo de 3 cilindros y 1.5 litros, con 136 CV, que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y alcanzar 210 km/h. La variantes Cooper S tiene un motor turbo de 4 cilindros y 2.0 litros, con 192 caballos. En este caso, la aceleración de “0 a 100” es de 6,8 segundos y la velocidad máxima, de 235 km/h. Ambas versiones se ofrecen con caja manual o automática, siempre de seis velocidades. Uno de los detalles para destacar que hacen a su andar es que incorpora el “MINI Driving Modes” que permite elegir entre tres modos de conducción: Normal, Sport y Green. Según cuál se elija, se modifica la respuesta del acelerador, de la dirección y la velocidad del pasaje de marchas en el caso de la versión automática. En equipamiento, tiene de serie siete airbags, frenos ABS, control de estabilidad, control de tracción y sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, entre otros detalles. La versión Cooper se puede configurar con diferentes niveles de terminación: Salt, Pepper y Chili. La versión Cooper S, además, ofrece un paquete estético John Cooper Works. El modelo, que fue presentado en un evento que realizó la marca en su casa central en Tortuguitas, se ofrece en dos versiones con los siguientes valores:

• Cooper, a u$s68.200 dólares
• Cooper S, a u$s77.500.

En esta primera etapa habrá disponibles 30 unidades para la venta de origen británico, que se suman a otras 70 de la versión tres puertas que presentó hace poco tiempo la automotriz.    

Además de los modelos de la marca alemana, hay vehículos de otras tres filiales que también tienen motores TDI trucados. Se trata de Audi, Seat y Skoda. Y hay sospechas por un caso argentino. Aquí más detalles

Aunque el escándalo de los motores diésel trucados salió a la luz en Estados Unidos, el caso Volkswagen ya trascendió todas las fronteras, impactó fuertemente en Europa y se instaló en la Argentina. Según la firma alemana, en Europa están circulando unos doce millones de unidades afectadas por el software manipulado para eludir las pruebas oficiales de emisiones. En el caso de la Argentina, fue en Brasil donde comenzaron a investigar la pick up Amarok fabricada en la planta que posee la compañía en la zona norte de Buenos Aires,  la cual también podría haber incurrido en graves mentiras. Sin embargo, más allá de lo que pase entre la compañía, el problema está pasando ahora a manos de los dueños de los vehículos trucados, que se arriesgan a sufrir la retirada de su automóvil si no lo revisan y consiguen reducir las emisiones. Es por ello que los usuarios de las marcas del gigante alemán están preocupados y necesitan saber si sus autos están afectados por el escándalo de las emisiones de óxido de Nitrógeno. Lo primero es determinar el modelo. Hasta el momento son cuatro de las 12 las marcas que están involucradas: Audi, Seat, Skoda y Volkswagen. De la filial Audi son ocho los modelos afectados: A1, A3, A4, A5, A6, Q3, Q5, TT; mientras que de las marcas Seat y Skoda son catorce, siete de cada una: Alhambra, Altea, Altea XL, Exeo, Ibiza, León, Toledo; y Fabia, Octavia, Rapid, Spaceback, Scout, Superb, Yeti. Por su parte, la marca de la empresa matriz, la propia Volkswagen, es la que más modelos ha sacado al mercado con el software modificado. Y hasta ahora se conocen hasta doce modelos propulsados por motores TDI trucados; éstos son: Amarok, Beetle, CC, Golf, Jetta (conocido como Vento en la Argentina), Multivan, Passat, Polo, Scirocco, Sharan, Tiguan, Touran. Los propietarios de estos modelos están siendo notificados desde las sedes de Volkswagen. Una vez identificado el modelo, se realizará una revisión para determinar si el vehículo tiene instalado el software modificado y si las emisiones del coche superan las permitidas por la legislación. Si es éste el caso, proceder a la reprogramación es tan fácil como rápido, y consiste en la instalación del nuevo sistema informático desde el puerto central donde se conecta el automóvil.