Travesía extrema con Nissan Frontier
Viajamos a San Rafael, Mendoza, en busca del desierto y cordones montañosos que dan vértigo de solo verlos. ¿El objetivo? Conocer el lado más salvaje de la pick up cordobesa.
La categoría de las pick ups medianas es el segmento donde más estereotipos se generan en torno a marcas y modelos. El rango es el siguiente:
- Toyota Hilux: Durabilidad, respaldo de marca
- Ford Ranger: Apta para el trato duro y una de las de mayor bagaje tecnológico y seguridad
- VW Amarok: la de mejor confort de marcha y versiones potentes
- Chevrolet S10: se codea con Amarok a nivel confort de marcha y con pergaminos para el off road
- Nissan Frontier: acaba de cumplir 1 años de comercialización desde que se produce en Córdoba y está en pleno proceso de crecimiento y de captación de cliente.
En este contexto, llegó el momento de poner a prueba a la “más nuevita”, para definir dónde sobresale y dónde puede pasar desapercibida.
Lo más peligroso dentro del 4×4
En el mundo del 4×4 hay dos terrenos que representan el dolor de cabeza más grande. La arena del desierto y las rocas grandes. La primera tiene la característica de ser una arena que lejos tiene que ver-por ejemplo- con la de la Costa Argentina, que es húmeda y más compacta. Por lo contrario, la arena de los desiertos es seca, más fina y por ende mucho más abrasiva y fácil de empantanarse en ella.
Las zonas de rocas grandes, a diferencia de la piedra suelta, no ofrecen tanto grip ni para los asensos ni descensos, lo cual se torna aún más peligroso si durante el trayecto la lluvia se hace presente.
“El desierto del Sahara, argentino”
Ambas superficies –bien diferentes una de otra- conviven en la ciudad de San Rafael Mendoza. Las Dunas de Nihuil, es un colosal desierto de arena conformado por enormes dunas de hasta 200 metros y que según relataron los guías oriundos del lugar, “…fue el tramo del Dakar de las ediciones argentinas, donde más cantidad de pilotos abandonaron”. De allí, que dentro de dicha competencia, muchos lo re bautizaron como: “El Sahara Argentino”.
Piedras y más piedras
No muy lejos de allí, el escenario desértico, cambia por completo. Sierra Pintada es una reserva privada donde prevalecen extrañas formaciones rocosas, de múltiples colores (ocres, rojizos, grises, verdes), que representa un gran atractivo y desafío para quienes aventurarse a recorrerlo con un vehículo 4×4.
Desafío máquina-hombre
En su breve lapso de comercialización, la pick up de Nissan viene demostrando que tiene condiciones para rivalizar con varias de sus rivales directas. Sin embargo, hasta ahora, la marca no había propuesto una prueba off road exigente, donde se pueda comprobar realmente, si la pick up cordobesa estaba o no a la altura de la circunstancias.
En la jerga, se denomina off road extremo o complejo, y no todos los 4×4 están aptos para poder enfrentarlos. También es condición que el piloto (en este caso quien escribe), cuente con cierta técnica de manejo. Los dos requerimientos estaban latentes, es por ello que este desafió fue doble y la crónica de lo que aconteció, se reproduce a continuación.
Navegando en un mar de arena
La idea de arrancar temprano para internarnos en las Dunas de Nihuil, tenía un gran objetivo: Escapar a las altas temperaturas (a las 8:00 AM el termómetro de la Frontier macaba 30°) y evitar que ello afecte el rendimiento de la camioneta y el nuestro. A poco de iniciar el trayecto y abandonar la zona más firme de un sendero, las comprimida caravana de 5 Frontier, quedaron inmersas en un mar de arena suelta, donde mantener una trayectoria prolija y divisar con claridad lo que estaba por venir, dificultaba el manejo.
Con la 4×4 baja activada y con el objetivo de que la arena no devore la parte baja de la camioneta, el mérito era llevar una aceleración gradual y sostenida.
El motor 2.3 con dos turbos de 190 CV de 450 Nm, sacaba su garra a partir las 2.600 vueltas en este suelo, al compás de un rugido que se hacía eco entre las dunas. La caja automática de 7 marchas ayudó para que nos desentendiéramos de deducir que marcha colocar y que nunca sacáramos las dos manos del volante. Sin embargo, percibimos por momentos que ante una pisada contundente del acelerador, el pase de marcha no fue de los más vivaces y esos segundos donde la caja queda pensando, pueden ser cruciales para quedar empantanados o no.
Desafiando las dunas
El mayor desafió que se presentó en este trayecto, fueron las dunas. La primera de ellas medía aproximadamente 50 metros y le siguieron otras dos de alturas similares, pero luego empezaron a aparecer otras que las duplicaban en altura.
La idea de subir de un solo envión, con el motor vivaz y llegar con el impulso al filo de la misma-no se ve que es lo que hay del otro lado- se volvió el gran desafío. Aquí, fueron cruciales los buenos ángulos tanto de entrada (30°), ventral (23°) y de salida (27°), para no pegar contra la arena y perder el impulso.
Lo que no colaboró y se terminó rompiendo en casi todas las “chatas”, fue un cobertor plástico debajo del motor, que a causa de los “panzazos” contra la arena y cuando al colocar la marcha atrás para intentar retomar la marcha, todos terminaron arrancados a medias y entorpeciendo la marcha.
En el filo de las dunas, la función que más colaboró fue el denominado “Ojo de Pájaro” que gracias a una cámara delantera y dos laterales ubicadas en los espejos retrovisores, proyectan en la pantalla de 8”, lo que nos deparaba al finalizar el mismo. Esta función la tiene únicamente la Frontier. La conocimos en la Clase X cuando la manejamos por Chile (leer nota), pero tras la decisión de la alemana Mercedes de apartarse de la alianza y no producirla en Córdoba, la Frontier es la única de momento en ofrecerlo.
“Escalando en piedra”
“No recuerdo una prueba tan compleja como esta”, decía el colega Martín Egozcue, y el resto lo consentía afirmando con la cabeza. Sin embargo, faltaba aún incursionar por otra superficie: la piedra. La reserva privada llamada Sierra Pintada, tiene una extensión de 5.000 hectáreas, y se caracteriza por estar en una zona de elevados cordones montañosos, lo que se denomina Cordillera del Límite.
Los bloques de piedras, vistos de lejos, intimidan y parecen imposibles de trepar, salvo escalándolo. Pero a medida que nos íbamos acercándonos, los senderos empezaron a aparecer y las Frontier de apoco, como si fueran arañas, empezaron a subir sigilosamente. Tan despacio, que daba tiempo a que los guías vayan a pie dando indicaciones a la par del piloto.
El control de ascenso, aquel que mantiene la camioneta frenada para que esta no se vaya hacia atrás y que se desconecta a los 3 segundos, fue imprescindible para aguardar en una trepada y luego continuar la marcha. Igual de útil resultó el control de descenso, aquel con el que directamente desciende sola, dosificando el freno.
Las unidades provistas fueron las tope de gama, denominadas LE. Se trata de una versión con mucho confort y al que muchos usuarios buscan no justamente para someterla al trato duro. De allí que se entienda que esté equipada con llantas de 18”, pero los mismos no son los ideales para someterlos en este tipo de exigencias. Si se valora que el auxilio, en caso de rotura de algunas de las ruedas titulares, es de igual medida y con la misma llanta.
Conclusión
En resumidas cuentas, pudimos conocer un costado de la Frontier, que muchos no conocían. “La chata” cordobesa definitivamente está a la altura de sus rivales, cuando de exigirla por terrenos irregulares se trata. Supo defenderse bien y es meritorio el desempeño de su suspensión trasera, la cual a pesar a que no es independiente (cuenta con un eje rígido), trabaja mucho mejor que las de eje rígido convencionales, puesto que reemplaza los tradicionales elásticos por resortes (ganó más recorrido) y brazos longitudinales y transversales.
También es para destacar su motor, que si bien es ruidoso y gritón, tuvo siempre la polenta necesaria para salir de situaciones complejas.
En conclusión y recordando anteriores test por circuitos urbanos y fuera de pistas, pero no tan exigentes como este, estamos en condiciones de afirmar que la Frontier es una “chata”, equilibrada y su base para pelear con las más consagradas, es sólida. Habrá que darle más tiempo para ver si gana posiciones en el ranking de su segmento.
Ficha Técnica
- Modelo: Nissan NP300
- Fabricada en: Argentina
- Motor: diésel de 2.3 litros y doble turbo, de 190 CV y 160 CV (1 turbo)
- Caja: manual de 6 marchas, automática de 7
- Medidas: largo 5,260 mm; ancho 1,850 mm; alto 1,860 mm.
- Distancia entre ejes: 3.150 mm
- Capacidad de carga: 995 kilos
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
- Precio: $ 2.728.250 (versión LE, la que probamos). Arranca en los $1.612.510 (cabina doble S 4×2 MT)
Ficha Técnica
- Modelo: Nissan NP300
- Fabricada en: Argentina
- Motor: diésel de 2.3 litros y doble turbo, de 190 CV y 160 CV (1 turbo)
- Caja: manual de 6 marchas, automática de 7
- Medidas: largo 5,260 mm; ancho 1,850 mm; alto 1,860 mm.
- Distancia entre ejes: 3.150 mm
- Capacidad de carga: 995 kilos
- Garantía: 3 años o 100 mil kilómetros
- Precio: $ 2.728.250 (versión LE, la que probamos). Arranca en los $1.612.510 (cabina doble S 4×2 MT)