Desde el Autódromo de Buenos Aires. Es la versión más radical del sedán cordobés que se produce en la planta de Santa Isabel. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8 segundos y alcanzar los 220 km/h. Su precio es de $316.400.
“Hace un par de meses pensamos en suspender su lanzamiento, pero después decidimos que
había que desarrollarlo y hoy estamos orgullosos de él”. Con estas palabras se refirió el director general y presidente de Renault Argentina, Thierry Koskas al referirse al
nueva edición de la versión más radical del Fluence: El GT2.

Con una experiencia en
autos de calle con temperamento deportivo que se remonta a versiones especiales como el Renault 12 Alpine (1978), Renault 11 Turbo (1986), Clio Wiliams (1995), Clio II Sport (2001), Mégane II Sport (2005), Mégane IIIRS (2011) y el Fluence GT (2012), la marca dejó en claro que esta versión tiene fundamentos más que sentados para que se haya ganado el título del
modelo más potente que se comercializa en nuestro mercado y es de origen nacional.
Atrás de este señorial sedán está la división Renault Sport y ello no solo se percibe en su
estética más agresiva (paragolpes nuevo, faldones laterales, leds en faros traseros, llantas bitono, entre los principales) sino también en
su comportamiento, lo cual lo diferencia al resto de los Fluence hasta aquí conocidos.

Para poder experimentar el temperamento de esta versión, la marca eligió el Autódromo Oscar Alfredo Gálvez de la ciudad Buenos Aires. Motriz giró como copiloto de Leonel Pernía, piloto de Super TC2000 y luego tomo el mando de la misma unidad. A continuación, las primeras sensaciones que nos dejó el Fluence GT.
Motor
Lo primero que hay que destacar en un auto con temperamento para la pista es su
motor y en este caso los
190 CV que eroga su motor 2.0 con turbo compresor de 16 válvulas está a la altura de las circunstancias. Se encuentra acoplado a una
caja manual de 6 marchas y a diferencia del anterior Fluence GT sumó 10 CV y 30 Newton de torque. Esto en la práctica se traduce en
mayor respuesta en altas revoluciones.
Dirección
Se trabajó sobre la dirección la cual apenas uno empieza a girar a velocidad se percibe
una mejor sensación de manejo, mucho más activa y
directa que en la anterior generación. Permite a su vez, un mayor ángulo de apertura.
Suspensión y neumáticos
El tema de la suspensión también fue retocada y ello colaboró para que el auto tenga
menor rolido en curvas. Se sienten más rígidas que el anterior Fluence GT y ello se traduce en una
mayor estabilidad. Este trabajo se complementó con una nueva medida en sus neumáticos, ahora de
225/50R17. Con ello, el Fluence ganó mayor pisada y por ende su frenado es más progresivo.
Ayudas eléctricas recalibradas
No hay que olvidarse que se trata de un auto de calle en el cual intervienen los sistemas electrónicos como el Control de Estabilidad, el Control electrónico de Tracción, los cuales si bien no tiene opción de desconectarse fueron recalibrados para que los mismos
intervengan pero en situaciones más deportivas.
Mediciones como un auto de carrera
El ya conocido sistema multimedia R-Link cuenta con una función adicional en esta versión. Se denomina
RS MONITOR –y lo que permite es ir accediendo a
información en tiempo real sobre: aceleración lateral, entrega de potencia y par motor, presión del turbo, etc. Cada uno de los participantes pudimos llevarnos los registros de cada vuelta, ya que el sistema brinda posibilidad de
descargar los datos generados por el vehículo y almacenarlos
en un pen drive para analizarlos en una computadora.
Con el rugir que quieras
Inédito también resulta el denominado
sistema R Sound. Este permite seleccionar el sonido del motor que luego será reproducido en el interior del auto, no afuera. Así se puede uno
girar con el ronroneo de una moto pistera o del Renault Clio Cup, entre otras reproducciones más.