El sector no logra recuperar y las ventas cayeron 10 por ciento en los primeros cinco meses del año. Advierten que el principal problema está en los precios sobrevaluados de los modelos seminuevos
Ilustración Pablo Antonio Druetta
Las transferencias de vehículos usados no logra repuntar y cada mes se encuentra con peores resultados. De acuerdo a la Cámara del Comercio Automotor (CCA), en mayo se
vendieron 120.406 unidades, una caída del 10,68% comparado un igual mes del año 2015, cuando se comercializaron 134.802 vehículos. Si el comparativo es con el mes de abril, la baja llega a 2,59%, lo que indica que la
tendencia sigue siendo negativa.
Con estos resultados, en los primeros
5 meses del año, se comercializaron
609.374 vehículos usados, mientras que el año pasado fueron 682.115 unidades. Es decir, una caída del 10,66 por ciento.
Los resultados van a contramano de lo que sucede en el segmento de 0km, con patentamientos que crecen todos los meses, y la razón principal tiene que ver con los precios. Mientras que los
autos nuevos ofrecen rebajas y bonificaciones, entre los
seminuevos hay una sobrevaluación que se arrastra desde el año pasado, cuando fueron la alternativa más buscada en un mercado sin stock de 0km.
Sin embargo en 2016, con una
mayor oferta y con
importaciones liberadas, las marcas cuentan con todos los modelos nuevos como para competir, los cuales están
más baratos y terminan siendo más atractivos.
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“Necesitamos un
sinceramiento de los precios del mercado, y la iniciativa la tiene que tomar el público en general, aceptando que las reglas de juego cambiaron. Al público vendedor de automóviles usados, le cuesta aceptar los nuevos precios que tendrían que tener los autos ofertados por estos en los distintos sitios de venta, que no se ajustan a la realidad actual”, explicó Alberto Príncipe, presidente de la Cámara.
“Ante las ofertas financiadas o bonificadas de los autos 0km, la rebaja de los precios que tenían antes estos usados y al no tener ninguna posibilidad de una financiación razonable para poder competir, el
público comprador quiere ver una rebaja en consecuencia a la situación creada por no disponer de las mismas facilidades con las mismas tasas que ofrecen las distintas marcas. Esto crea un cuello de botella que se verá reflejado a corto plazo”, agregó.