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Finalizó el Rubicon Trail que compartimos con Jeep

Lake Tahoe (California, EE.UU.) Acabamos de concretar la travesía que duró 2 días por uno de los escenarios off road más duros del planeta. Te compartimos todo lo vivido en esta increíble aventura a bordo del Jeep Wrangler Rubicon

En el mundo existen lugares o pistas míticas donde todo aquel que le gustan los motores, quisiera en algún momento de su vida poder recorrerlos. Para alguien que le gusta la velocidad, el circuito alemán de Nürburgring es sin duda ,“El” lugar. Para los amantes de las motos súper deportivas, llegar hasta la Isla de Man, ubicada entre Gran Bretaña e Irlanda, para transitar sus estrechas calles montado en una pistera, es seguramente una materia pendiente. Lo mismo que ocurre con aquellos que disfrutan de las motos “Chopers” con la Ruta 66. Siguiendo esta lógica, se puede afirmar que para aquellos que les corre por las venas todo lo referido al off-road extremo, poder completar el Rubicon Trail (contornea el lago Tahoe en California), es decir el mítico circuito off-road catalogado como el más extremo de Estados Unidos, es el objetivo a cumplir.

Jeep somete a los terrenos más hostiles a todos sus modelos. Y salen ilesos

Motriz está desde el lunes en California (Estados Unidos) para justamente poder participar de una travesía organizada por Jeep y poner a prueba a la nueva generación del Jeep Wrangler Rubicon. ¿Dónde? Ni más ni menos que en el Rubicon Trail. Muchas veces participamos de pruebas off road a bordo de vehículos 4×4, la mayoría de ellos pick ups. Recordamos con algunos colegas con los que compartimos este viaje, algunas travesías muy buenas y complejas. La que realizó justamente Jeep por Río De Janeiro con el Renegade. O recientemente una de Ford por Mendoza con la pick up Ranger. Sin olvidarnos de la travesía que realizamos hace semanas por Villa La Angostura con la Amarok V6. Pero lo cierto es que, la primera sensación que tenemos, luego de haber estado dos días a bordo del nuevo modelo de Jeep por el circuito que lleva su nombre, es que ya nada volverá a ser igual después de esta experiencia. Sentimos que por primera vez en nuestra vida, hemos experimentado de verdad lo que el concepto off road extremo implica.

Día uno

El martes arrancó el primer tramo. Mentalmente llegamos preparados a Lake Tahoe luego de leer y ver muchos videos para afrontar terrenos que, según narraban quienes lo hicieron, eran extremadamente dificultosos. Pero nunca imaginamos que el Rubicon Trail era un verdadero campo de tortura para los vehículos que se animan a desafiarlo. Las charlas de los instructores, las varias recomendaciones y la reiterada idea de “…dejen que el vehículo haga todo”, nos empapaban en el inicio del trayecto (pasado martes a las 10 AM), el cual empezó con una dificultad, que hasta entonces ya en algún momento de nuestra vida, habíamos experimentado (mucha piedras sueltas y trepadas por caminos estrechos).

Uno de los tantos tramos entre estrechos pasadizos de piedras.

Por lo tanto, la calma reinaba en el interior del “nuestro” Wrangler de dos puertas, el cual fue seleccionado inteligentemente por mi compañero, Carlos Cristófalo del sitio Autoblog. “Nos conviene este cortito, porque es más fácil de meterlo”, decía.
Apenas iniciada la parte trabada, momento inicial donde estábamos buscando en la guantera datos de la motorización (por cierto el bestial V6 3.0 turbo diésel de 260 CV), lo interrumpió un golpe seco abajo, en el chasis, producto de una gran piedra. Cuando esperábamos el reto de uno de los instructores, este desde abajo nos indicaba con sus manos que siguiéramos marcha y con el pulgar arriba indicaba que estaba todo de diez. “¿No habrá escuchado?”, nos preguntábamos, puesto que a nosotros nos dejó preocupados y nos dolió hasta el alma!!!

El motor V6 3.0 de 260 CV que nos acompañó en la travesía

“No puedo creer que nadie haya roto un neumático todavía”, me comentaba Carlos. Neumáticos que vale aclarar, no fueron ni siquiera modificados la presión original (40 libras). Y esto es lo que en parte sorprende de este modelo: es un auto de serie sin modificaciones que salió de fábrica y así tal cual nos los fue provisto para encarar esta prueba. No me cansé de repetir: “No me imagino una pick up u otro 4×4 que no sea este pasando por aquí”. Y si bien durante el trayecto nos cruzamos con otros 4×4, todos ellos estaban totalmente modificados con gigantescos neumáticos y accesorios por doquier. Se hizo la hora del almuerzo y la primer parada técnica fue en la cumbre de una montaña, con una vista de película. Biandita de por medio, nos trepamos nuevamente a los Jeep para continuar la marcha. La típica “modorra” post almuerzo se iba disipar rápidamente por tramos que se ponían más ásperos.

Cada vez que uno de los instructores se bajaba del Jeep, era señal de que el camino empeoraba

Cada vez que avizorábamos a un instructor que se baja del Jeep que lideraba la caravana, era señal que se la cosa se ponía “fea”. Y cuando decimos “fea”, nos referimos a tramos a los cuales a pie, había que subirlos agarrándose de lo que uno podía. O bajadas que muchos de los fotógrafos las descendían de cola. Pero increíblemente todos los Jeeps pasaban.

Desde cualquier ángulo, el Rubicon Trail es un camino indescifrable

Algunos con alguna que otra dificultad, pero todos los conductores, podían ir sobre pasando los tramos. Esto, no hace referencia que todos eran pilotos expertos, sino que el Jeep Wrangler Rubicon es tan permisivo y perfecto, que permite que hasta los más inexpertos pudieran aventurarse a realizar travesías de este tipo.

Día dos

Comenzó el miércoles temprano, luego de un acampe con dormida en carpa incluida, y a poco de haber empezado el trayecto, la complejidad se hizo presente. A la vista y al raciocinio de quien escribe, el análisis que surgía era el siguiente: Por ahí no pasamos. Es imposible. Lectura que rápidamente se caía (por suerte), luego de encarar paredes rectas que estamos seguros, intimidan hasta a los más expertos.

Parte la travesía en el segundo día

En este segundo tramo se sumó un segundo condimento: el precipicio. Cosa que ponía muy nervioso a quien le tocaba ir del lado del acompañante, puesto que prácticamente sede su vida a la mano del piloto, o mejor dicho al Jeep Rubicon.

Del lado del copiloto, Carlos Cristófalo, mirando un poco asustado el precipicio

En todo momento de la prueba, la modalidad que nos indicaron que debíamos ir fue 4 Low, es decir el 4×4 donde el motor va a más revoluciones y con toda la fuerza a disposición. La función Sway Bar, que evita que alguna de las ruedas quede colgada en aire, luego que la suspensión baje automáticamente más para que justamente la rueda pueda hacer contacto con el piso, fue crucial en todo el trayecto. Esta función es justamente la que a la vista exterior, hace ver al Jeep como una verdadera araña que va posando sus patas y trepando por lugares impensados. Y así fue transcurriendo el día, con tramos que a cada segundo nos sorprendían con alguna nueva complejidad. Nuestro Wrangler, salvo por algunos rasguños en sus laterales ocasionados por ramas, y algunas abolladuras en su “panza”, llegó al final de la prueba sin despenairse. Con medio tanque de nafta aún por gastar, pese a que el promedio de consumo fue de 20 kilómetros por litro, parecía pedir más aventura. Nosotros, regocijantes de haber participado de tal hazaña, tendremos varios días por delante hablando de lo mismo: Que exigente fue el Rubicon Trail y no hay dudas que el mejor 4×4 del mundo, es este Jeep Wrangler Rubicon.

El campamento, en detalles

Un helicóptero formó parte de la logística durante todo el recorrido.

Lugar armado en la cima de la montaña para quienes querían tener señal de WIFi.

Las duchas armadas en el campamento

Desayuno bien cargadito para arrancar el día

   

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